

Creado en julio de 1940, Linterna Verde partió con poderes místicos. Reinventado en los 50, fue uno de los primeros personajes del cómic en abordar el racismo y en presentar un superhéroe afroamericano.
Por_ Rafael Valle M
El reproche fue más o menos así: “Trabajas para gente de piel azul, y en otros mundos has ayudado a gente de piel naranja y piel púrpura. ¿Pero qué has hecho por la gente de piel negra?”.
Linterna Verde, el piloto de aviones Hal Jordan que recibió un anillo de parte de un extraterrestre moribundo para convertirse en policía y viajero cósmico, puso repentina y vergonzosamente los pies en la Tierra con el reclamo de aquel vagabundo afroamericano. Ocurrió en 1970, cuando la revista del personaje pasaba a manos del hace poco fallecido guionista Denny O’Neil y del dibujante Neal Adams, con una serie donde hacía dupla con el exasperado Flecha Verde para tocar temas como los derechos civiles, las drogas y el lado menos amable del american way of life.

Hal Jordan, el más famoso Green Lantern, y su serie con mirada social de 1970.
Una decena de números más tarde la dupla presentaría incluso a John Stewart, un arquitecto que recibía temporalmente el mentado anillo con poderes de Jordan para convertirse también en Green Lantern y en el primer super-afroamericano de DC Comics. Cierto: la competidora Marvel había tomado años antes la delantera presentando a Pantera Negra en «Los 4 Fantásticos», aunque el calculador Stan Lee le había tapado la cara completamente con una máscara para no bajar las ventas en los estados del sur estadounidense.
Retorno
El intento social de O’Neil/Adams fue un éxito de crítica y un fallo comercial que no llegó a los 15 números, y no fue la primera ni sería la última reinvención del personaje. Linterna Verde había debutado en julio de 1940 y con otro alterego: el rubio Alan Scott, un ingeniero que recibía un anillo de origen místico. Usaba capa y un traje verdirrojo, y era poco más que otro de esos clones de Superman que surgieron por decenas en los días de la Segunda Guerra Mundial, y que luchaba en solitario o como parte de esa pandilla llamada la Sociedad de la Justicia de América.

La versión cinematográfica de «The Green Lantern» (2011), protagonizada por Ryan Reynolds.
Más interesante fue la versión de 1959, escrita por John Broome y con los elegantes y dinámicos dibujos de Gil Kane. Guiada por el auge sci-fi de la época, presentaba al aviador elegido por su valor y nobleza para portar la joya poderosa por parte de los Guardianes del Universo, seres de dermis azulada que dividían el cosmos en sectores con distintos vigilantes: los Green Lantern Corps, que controlaban sus anillos con el pensamiento para lanzar rayos, formar escudos e invocar armas y cachivaches en 3D de todo tipo. El regreso de postguerra mantuvo la premisa de que el anillo debía ser cargado cada tanto con una batería, esta vez con el agregado de un¡ juramento de hacer el bien “en el día más brillante, en la noche más negra.
El Linterna Verde Hal Jordan ha tenido altos y bajos. Su largo historial incluye militancia en la «Liga de la Justicia», un sucesor fascistoide (Guy Gardner), una mutación en villano genocida (Parallax), una muerte y obvia resurrección, una mala película –de 2011, con Ryan Reynolds de protagonista– perdida en el exceso de efectos especiales, y algunos muy buenos relatos sobre colegas del Green Lantern Corps firmados por Alan Moore.
Hoy el personaje está en manos del guionista escocés Grant Morrison, que ya va en la segunda temporada de su saga «The Green Lantern», con saludo a las raíces de 1959 y más a la estética del cómic europeo que del norteamericano para darle nuevo aire al personaje, sacarle nuevo brillo a su anillo.