

«Black Widow» es la postergada película que Marvel Studios estrena en julio para inaugurar una nueva fase, y que revela los orígenes de la femme fatale más aguerrida de sus cómics.
Por_ Rafael Valle M.

El cambio de look definitivo del personaje, realizado en 1970 por el dibujante John Romita.
Angela Bowie pensó en la mujer que hacía los atuendos de escenario –coloridos, extravagantes, delirantes– de su ya entonces famoso ex esposo David. Era 1975 y la aspirante a actriz había negociado con el mismísimo Stan Lee los derechos para hacer una serie de TV que incluía a un personaje femenino de Marvel. Y así fue cómo Natasha Korniloff, la vestuarista de Ziggy Stardust, terminó dándole su look a Natasha Romanoff, la tránsfuga espía soviética convertida en la curvilínea Viuda Negra de los cómics.
Inmortalizadas en la web están las fotos promocionales de Angela enfundada en la oscura malla de su versión de Black Widow, algunas en compañía de un actor convertido –también gracias a Korniloff– en un extraño Daredevil, una bizarra versión del justiciero que en esos días acompañaba a Natasha en aventuras varias. Y si las imágenes hoy no convencen, tampoco lo hicieron a mediados de los 70, como dio cuenta la indiferencia de los estudios televisivos por los planes de la ex señora Bowie, que así olvidó el proyecto.
La anécdota ilustra cómo la revolucionaria Marvel Comics fue un desastre, entre los 60 y 90, a la hora de licenciar sus personajes para producciones de cine y televisión, siendo la clásica primera versión animada de «Spider-Man» y su pegajosa canción (1967- 1970) y la serie actuada «El Hombre Increíble» (1978-1982) los grandes aciertos en una lista plagada de malos dibujos parlantes, largometrajes de bajo presupuesto y fallidos pilotos. En 2021, en cambio, Marvel Studios es un gigante que, precisamente, con «Black Widow», la postergada película que estrena en julio y donde Scarlett Johansson retoma al personaje, se apronta para inaugurar una nueva etapa de lo que se llama el MCU (Marvel Cinematic Universe), que ya suma 23 películas y una cifra cercana al billón de dólares en ganancias por taquilla.

MARVEL STUDIOS PARAMOUNT PICTURES COLLECTION CHRISTOPHEL. VIA AFP
De Rusia con amores
La primera Viuda Negra, de 1940 y cuando Marvel se llamaba Timely, trabajaba para el Diablo y lo alimentaba con las almas de los malhechores que asesinaba. La segunda, surgida en 1964, laboraba para el gobierno ruso de la Guerra Fría. Salvo el jefe malvado (los comunistas eran villanos recurrentes en las historietas de los 60), el paralelo entre ambas no pasaba del nombre, reciclado para recalcar que Natasha Romanoff era una mujer peligrosa, muy probablemente inspirada en las chicas intrigantes de las primeras películas de James Bond.
Creado por Stan Lee y el dibujante Don Heck, el personaje debutó en las páginas de la serie de Iron Man como la agente soviética que debía capturar al millonario inventor Tony Stark –el hombre de la máscara de hierro–. Más interesante que su atuendo de antifaz y pequeña capa, e incluso sus muñequeras lanza-aguijones, eran su comportamiento de Mata Hari, su aire de femme fatale y sus habilidades de gimnasta y experta en artes marciales. Natasha no tardaría en pasarse al bando occidental y al de Los Vengadores, la banda de supertipos donde iniciaría un romance con el arquero Ojo de Halcón y desde donde surgirían poco a poco pistas de su pasado. El mito dice que la inspiración llegó de otros Avengers: la serie británica «Los Vengadores», donde la sexy espía Emma Peel brillaba –literalmente– vestida de cuero negro en sus misiones televisivas. Pero no: el propio John Romita, ilustrador encargado de renovar la estampa de la Viuda Negra en 1970, reveló que el cambio fue por influencia de Miss Fury, otra antigua heroína de Timely Comics que lucía una máscara felina y un ajustado traje oscuro.
La nueva Black Widow, ahora con cabello largo y rojizo, extremaba sus habilidades de acróbata al emparejarse con Daredevil. Tras dejar a «Los Vengadores» y antes de con- vertirse en una agente de la norteamericana organización S.H.I.E.L.D., el personaje viviría una etapa como heroína urbana que el escritor Les Daniel destaca en su libro «Comix: A History of Comic Books in America»: “Su educación de izquierda fue mejor aprovechada, y últimamente (Black Widow) se ha dedicado a luchar contra realistas opresores de la gente, ayudando a los jóvenes portorriqueños contra la corrupción policial y salvando a los hippies del crimen organizado”. Gene Colan, otro dibujante emblemático, le dio en esa etapa el rostro de la actriz Ann-Margret y, en un gremio poblado de superheroínas que peleaban en tacos altos, con disfraces coloridos y apoyadas habitualmente en alguna habilidad metahumana, la consolidó como la nueva chica ruda de los cómics en esos inicios de los 70 marcados por el auge del feminismo.

«Black Widow», la postergada película que estrena en julio y donde Scarlett Johansson retoma al personaje, se apronta para inaugurar una nueva etapa de lo que se llama el MCU (Marvel Cinematic Universe) A la derecha, la actriz interpretando a Natasha Romanoff en «The avengers» (2012) y «Avengers: Endgame» (2019).
Regreso
Las más de cinco décadas de historia de Natasha Romanoff en los cómics han ido destilando detalles de su vida ajetreada: nació en Stalingrado (originalmente, antes de la Segunda Guerra Mundial), creció huérfana, vivió entrenamientos feroces y lavados de cerebro, y alguna vez estuvo estrechamente ligada a un agente de la KGB perdido en un experimento secreto en la vieja U.R.S.S.
Lo último es uno de los detalles que alimentan la trama de «Black Widow», la película que el 9 de julio debuta en los cines de Estados Unidos y en la plataforma de streaming Disney+, a más de un año de lo que debía ser su fecha original de debut. Será la octava vez que Johansson encarna al personaje tras su debut en «Iron Man 2» (2010), donde fue presentada –por fin– en pantalla como una desertora de los servicios rusos de inteligencia pasada al bando de la superagencia S.H.I.E.L.D.
La Viuda Negra presentada por Marvel Studios fue una actualización y también un personaje que en cada aparición cinematográfica ha dejado pequeñas cápsulas de un background por explorar, un pasado que regresa y busca revanchas sangrientas en «Black Widow». El MCU sabe que hay una fanaticada que conoce el mapa y por eso los eventos de la nueva historia se sitúan entre «Capitán América: Guerra Civil» (2016) y «Avengers: Endgame» (2020), cuando Natasha se ve enfrentada a su vida antes de América.
Los spoilers hablan de una conspiración que busca exterminar a Natasha Romanoff y también cobrarle cuentas por un prontuario violento y reprochable, que incluye la aparición de superseres rusos y que revela que en esta historia con vocación de precuela hubo un grupo más amplio de chicas vestidas de negro, aunque sólo una sobreviviente Black Widow. Angela Bowie bien lo supo: en este negocio no basta sólo con ponerse el traje.