

Desde hace tres años que la cantante y compositora radicada en Budapest diseña un concepto musical que vincula el universo del ajedrez con la música. Junto con la creación de sus propias canciones pop en esta línea, está presentando un ciclo de piezas para piano y voz dedicadas a grandes mujeres ajedrecistas: «Chess Divas».
Por_ Antonio Voland

FOTO_ ZSOLYOMI NORBERT
”Casillas negras, casillas blancas”, dice en su primer verso una canción que se escucha en la voz de la chilena Juga di Prima, encarnando a una diva del cabaret de entreguerras que a su vez podría ser una versión ficcionada y futurista de Marlene Dietrich. Canta en ruso, porque «Polya chornye» es en realidad una canción tradicional rusa, un vals para piano y voz con la que está iniciando un nuevo proyecto creativo. «Polya chornye» significa “casillas negras”: la mitad de los espacios de un tablero cuadriculado de ajedrez, el mayor campo de batalla de todos los tiempos.
“Yo canto y muestro secuencias tácticas de partidas históricas de Vera Menchik, una ajedrecista fundamental, de origen ruso, la primera campeona mundial femenina. Obtuvo el título en 1927 y lo siguió ganando hasta 1944, cuando murió durante los bombardeos alemanes a Londres. Ella representa un punto determinante en la historia de las grandes ajedrecistas que tuvieron que abrirse espacio en un mundo de hombres muy complejo y hostil para ellas”, señala la cantante, compositora, productora y conceptualizadora de este proyecto que ha tenido impacto en distintos países de Europa.
María José Yarur (1985) es la mujer detrás de Juga di Prima, un nombre musical que recogió de su infancia. “Así me decían en el colegio. Casi nadie me dice María José ahora. Me dicen Juga”, apunta. Y como Juga entonces lanzó «Polya chornye» durante la conmemoración mundial del 8M. Es la primera pieza de un ciclo de canciones a plena marcha que ella está desarrollando en una serie de colaboraciones. La letra de «Polya chornye» es una adaptación en la melodía original. Fue escrita por la gran maestra rusa Alexandra Kosteniuk a solicitud de Juga. Ya hay seis escritas, todas adaptaciones tradicionales de diversas partes del mundo e interpretadas en muchos idiomas: ruso, francés, alemán, inglés, español.
El proyecto completo se titula «Chess Divas», monitoreado por Juga di Prima desde Budapest, donde vive desde hace tres años. Se trata de una ciudad donde el ajedrez palpita, al punto de que la gran exponente femenina de todos los tiempos es la húngara Judit Polgár, quien llegó a ser la número 8 en el ránking absoluto del ajedrez. “Ella nunca ganó las competencias femeninas porque nunca las jugó. Se fue de inmediato a enfrentarse con los hombres. Su meta era ser campeona del mundo”, dice Juga.
De menos a más
Además de música, Juga di Prima es ajedrecista. Aprendió de niña viendo a su padre jugar en casa con sus amigos. “No jugaban con reloj, así que las partidas eran larguísimas. Me llamaba la atención el silencio que los envolvía y la concentración. Había una solemnidad alrededor del tablero. Veía cómo estos señores disfrutaban del juego pese a que era evidente que estaban sufriendo”, dice Juga. Ella, además, dirige la Fundación Chilena de Ajedrez, entidad que fomenta la práctica, realiza publicaciones como la biografía del primer maestro chileno, René Letelier Martner, y organiza torneos como un campeonato nacional femenino. “Lo he jugado varias veces, pero, bueno, no me he destacado”, bromea.
El proyecto «Chess Divas» es, en el fondo, resultado de esa misma experiencia. Tiene un carácter audiovisual, de modo que la canción «Polya chornye» cuenta con un video. Fue grabado en el palaciego hotel Párisi Udvar de Budapest, que provee un telón de fondo esplendoroso a la historia protagonizada por Vera Menchik. El ciclo continuará estrenando canciones y videos hasta completar un cancionero abundante. Lo que sigue ahora está dedicado a Judit Polgár.
“Nos conocimos hace un tiempo y hemos tenido mucho contacto. Judit ha sido un poco la madrina de mi música, desde que escuchó mi primera canción, «Oh Capablanca» en 2018, y ha estado apoyando este proyecto que une la música con el ajedrez. Ella organiza el Global Chess Festival, con base en Budapest, y me ha invitado a presentarme en sus actividades”, señala Juga.
Las próximas entregas serán un repaso a tres partidas históricas de Judit Polgár frente a ajedrecistas de estatura mundial. Están basadas en tres tangos clásicos y cuentan con la participación del gran maestro argentino Rubén Felgaer en la adaptación de las letras. Son «Por una cabeza», «Esta noche de luna» y «Malevaje», que relatan en tres tiempos los enfrentamientos y progresivos resultados de la húngara frente al ruso Gari Kaspárov, con quien ella perdió; al también ruso Borís Spaski, con quien hizo tablas, y al campeón indio Viswanathan Anand, a quien finalmente derrotó.
En paralelo a las adaptaciones para el homenaje a las grandes mujeres en el ajedrez, Juga di Prima continúa con la composición de un catálogo de canciones vinculadas también al tablero cuadriculado. La misma «Oh Capablanca», que escribió en memoria del campeón mundial cubano José Raúl Capablanca, es una de ellas. Otras de esa serie son «Tactital», «Isolated pawn» o «Inmortal game», cuyo video realizado en el Szimpla Kert cuando la pandemia permitió reabrir Budapest, muestra un sinnúmero de jugadores anónimos –incluso en una partida que se desarrolla en una tina de baño–, y donde de pronto aparece haciendo algunos movimientos nada menos que Judit Polgár.
–¿Se grabarán dos discos con estos repertorios?
“Los homenajes a las divas del ajedrez están planteados por ahora como un ciclo de canciones y videos. Pero tengo planeado publicar un disco con mis canciones cuando complete más material. Lo próximo que viene es «Open files», término ajedrecístico que significa “columnas abiertas” y que se refiere a despejar las columnas en tablero para que puedan transitar piezas más pesadas, como las torres. ¿Tú juegas ajedrez?”.
–De niño jugué un poco, pero era muy malo.
“Es que en el ajedrez todos somos malos. Siempre vamos a ser malos. Si quieres ganar vas a tener que buscar un rival que sea menos que tú. Si quieres aprender, puedes jugar con oponentes más fuertes. La idea solamente es jugar, sin importar el grado que tengas. El ajedrez te trae beneficios que uno no conoce al comienzo. Es como cualquier otra disciplina, la conoces cuando la practicas”.
_Lo que dejó «Gambito de dama»
Protagonizada por esa actriz en ascenso que es Anya Taylor-Joy, «Gambito de dama» es la serie de Netflix que dejó otra marca de audiencia como la más vista: 62 millones de hogares conocieron la historia de Beth Harmon, niña prodigio del ajedrez que se abre paso en el mundo masculino del juego en los años 50 y 60, hasta disputar el título mundial. Está basada en la novela homónima de 1983, de Walter Tevis. No es la historia de nadie en especial, aunque Juga di Prima cree que podría basarse en el campeón estadounidense Bobby Fischer, quien debió lidiar con problemas mentales e inestabilidad emocional. “La serie es muy prolija, contó con la consultoría de Kasparov y Pandolfini, de manera que el mundo ajedrecístico la recibió muy bien. Yo la amé. Creo que muestra muy bien el universo del ajedrez y las complejidades que viven los jugadores”, dice Juga. “Tiene varios factores ficcionales. Uno de ellos es el consumo desmedido de alucinógenos y alcohol en el personaje protagónico. Ningún ajedrecista de élite puede abusar de las drogas para el nivel de cálculo y de claridad mental que se necesita. Y lo otro, algo que nos vuelve a llevar a la historia de Vera Menchik y otras jugadoras, es que en la serie existe un trato súper amable de los hombres hacia el personaje femenino de Beth Harmon. Eso jamás fue así. Las mujeres fueron súper discriminadas en el mundo del ajedrez y para los hombres era una deshonra perder una partida contra alguna de ellas”, cierra.