

La artista representa a nuestro país en la Bienal de Venecia 2019 con una obra compuesta de veintidós pinturas, un museo y una película. Interpelará al público presentando casos históricos de violencia de género, clase y raza.
Por_ Marilú Ortiz de Rozas
“Si quieres un amo lo tendrás”, escribió el psiquiatra Jacques Lacan, aludiendo a la relación entre quien tiene el poder y quien se asume como su subalterno. Es el mecanismo al que Voluspa Jarpa apela para incitar a la emancipación, síquica y física, retroactiva, de hombres, mujeres y niños que por su raza, sexo o clase fueron dominados y/o vejados por otros a lo largo de la historia. Esta artista, cuya agudeza y sensibilidad la han llevado a abordar temas políticos y sociales complejos que atañen a diversas naciones, hoy está a punto de partir a montar «Miradas Alteradas» (Altered Views) en la 58ª Bienal de Venecia.
Venecia es un hito en mi carrera y en mi vida por su trascendencia; es la Bienal más antigua y la única que mantiene la representación por países. Si bien esto puede ser criticable, es algo presente en el mundo del arte. En mi caso, convertí la cuestión geopolítica en obra, no como ‘imagen país’, sino abordando un discurso sobre la ‘de-colonización'».
Voluspa explica que tomó la decisión de presentarse a esta Bienal cuando se sintió preparada, en términos de madurez artística y respecto a la capacidad de gestionar un proyecto de esta envergadura. Actualmente 120 personas trabajan en «Miradas Alteradas», y su financiamiento proviene en un 70% del sector privado (21 socios del círculo Antenna solventan las comunicaciones, el libro y las relaciones públicas; y siete coleccionistas chilenos y argentinos compraron obra en verde, permitiendo financiar su producción, sumado a lo entregado por el Estado).
Así, ella se siente «la directora de orquesta de esta obra», que trabaja, con mucho agrado, con Agustín Pérez Rubio, curador español que conoció cuando él fue jurado de un premio que ella obtuvo en 2012 en la Feria ARCO de Madrid. Luego, siendo director artístico del MALBA, en Buenos Aires, la invitó a exponer allí en 2016.
La propuesta
«Miradas Alteradas» incluye tres secciones: una instalación compuesta por veintidós pinturas, cuarenta obras que forman parte de un museo, y un video. «Propongo invertir la mirada geopolítica y preguntarse cómo ha sido construida la hegemonía de la cultura política y económica europea, y luego la norteamericana», comenta la artista. Para comprobarlo, propone «auscultar» seis casos históricos decidores, que exhibe en su «Museo del Hombre Hegemónico».
El primero aborda un hecho violento ocurrido en La Haya en 1672, cuando un grupo de republicanos holandeses es atacado por las monarquías inglesa y francesa. Durante este incidente, los gobernantes holandeses Johan y Cornelius de Witt son asesinados y canibalizados por la muchedumbre. «Esto habla de la fragilidad de la relación entre la República y las monarquías, sabiendo que muchas subsisten en Europa hasta el siglo XXI», detalla. Esta sección se ilustra con una pequeña pintura, «Los cuerpos de los hermanos De Witt», de Jan de Baen, obra que le hizo conocer esta historia.
El segundo es un caso de género: en Viena, en 1848, un grupo transversal de mujeres funda un partido democrático, reclamando también un gobierno de corte republicano y una constitución ciudadana. Ese partido dura dos meses y las mujeres son arrasadas de la vida política austríaca, mediante una campaña con panfletos. «Éstos son insultantes y pornográficos. Usan la sexualidad femenina como discurso de sometimiento político», precisa Voluspa Jarpa, quien exhibe estos documentos.
El tercer caso presenta los zoológicos humanos, fenómeno recurrente en Europa entre 1848 y 1958. «En total, se estima que más de treinta mil personas fueron exhibidas a lo largo de esos años, en 170 verdaderos zoológicos humanos que recibieron aproximadamente 400 millones de espectadores», revela la acuciosa investigadora. Ella explica que los zoológicos humanos sirvieron para popularizar el racismo asociado a la expansión colonial europea en África y en el resto del mundo. «Incluso la ciencia de la época (Darwin) establece categorías de raza», afirma.
En el cuarto caso retoma a las histéricas del Hospital de La Pitié-Salpêtrière, en París: en 1880, cuando llega aquí el neurólogo Jean- Martin Charcot, maestro de Sigmund Freud, se encuentra con 5.500 mujeres recluidas, con síntomas que nadie entiende. Muchas eran víctimas de violaciones o abusos; otras, encerradas para declararlas interdictas o deshacerse de ellas: «La psique femenina es presentada como diferente, enajenada o monstruosa; y los hombres racionalizan, desde el discurso del psicoanálisis, que la mujer es un ser raro, invalidándola», denuncia. Para ella, las histéricas son un síntoma social asociado a la represión a la que estaban sometidas las mujeres en esa época.
El quinto caso inquiere en la noción de República Bananera, en el contexto de la Guerra Fría. El término «bananera» surge tras el golpe de estado orquestado por la CIA, en 1954, contra el Presidente de Guatemala Jacobo Árbenz, quien se oponía a los intereses de la United Fruit Company. Esta empresa emprende una campaña mundial contra Árbenz para debilitarlo y justificar la intervención, campaña basada en documentos y videos que se exhiben en esta sección del museo.

«Rampjaar – Caso de canibalismo europeo» (Galería de Retratos Subalternos: Rampjaar. Serie Altered Views, 2019. Foto: Rodrigo Merino) *Basado en pintura «Los cuerpos de los Hermanos De Witt»).
El último caso aborda «los atentados de falsa bandera», es decir, hechos de violencia perpetrados en diversos países europeos, después de la Segunda Guerra Mundial, atribuidos a grupos de izquierda pero llevados a cabo por la extrema derecha, lo que sale a la luz a fines de 1990. «Serían ex nazis reclutados por la OTAN, según documentos que se filtraron de dicha organización. Charles de Gaulle se había dado cuenta del peligro que representaba la OTAN y la expulsa de Francia en 1966», comenta la artista.
Ella se concentra en la «Operación Gladio», que comprende atentados en diversos países, incluyendo el asesinato de Aldo Moro, en Italia, investigado por el juez Felice Casson, que es veneciano. Lo que exhibe en términos visuales es parecido a lo que hizo con los archivos desclasificados de la CIA.

«Los zoológicos humanos -la institucionalización del colonialismo y la popularización del racismo científico». (Galería de Retratos Subalternos: Zoológicos Humanos 7. Serie Altered Views, 2019. Foto: Rodrigo Merino).
Subalternos y emancipados
A continuación, «La galería de subalternos» constituye una gran instalación compuesta por veintidós pinturas en las cuales Jarpa plasma a todos los personajes secundarios en términos de clase, raza o género; las víctimas de los casos presentados en el museo. Son óleos sobre tela de mediano y gran formato. «Se entiende que la ‘subalternidad’ también es asumida sicológicamente, pues uno le entrega el poder al otro, uno acepta someterse», explica.
Finalmente, el recorrido termina en un video, grabado en la cordillera, donde dialogan tres personajes: el dominante, el subalterno y el emancipado. «El video pretende construir una emancipación, y no quiero dar más detalles, pues será una sorpresa, pero adelanto que participan conocidos cantantes chilenos», adelanta. Lo grabaron en la cordillera, porque finalmente, ante la fuerza de nuestra naturaleza, las diferencias entre estas categorías desaparece, pierde sentido.
–¿Cómo logra combinar la dimensión conceptual, histórica y dramática de la temática que investiga, con una propuesta artística estética?
“Tiene que ser así. No por una estrategia de seducción; por ejemplo, en el caso del Museo, tiene como pie forzado el que la información sea recibida a través del cuerpo, físicamente, no sólo intelectualmente, y eso lo vuelve estético. Si no lo fuera, escribiría ensayos, libros. Creo en esa capacidad del arte de poder condensar y contener una historia política, emocional, social, de poder mostrar cosas que son intolerables…”.
«Miradas Alteradas», de la artista chilena Voluspa Jarpa y bajo la curatoría del español Agustín Pérez Rubio,
será presentada en el pabellón chileno de la Bienal de Venecia entre el 8 de mayo (día de inauguración a la prensa; y 11 de mayo, apertura oficial) hasta el 24 de noviembre.