

Estamos rodeados de algoritmos. Se usan en Google, en Facebook, en Tinder, en Amazon, en la Bolsa de Valores, en la banca… y se encargan de procesar la información antes de que llegue a nosotros. Determinan lo que vemos (y lo que no) en las redes sociales, los anuncios que nos persiguen de página en página, aunque también nos ayudan a ubicarnos en un mapa, encontrar trabajo y conocer a una posible pareja. ¿El riesgo? Sumergirnos en una burbuja condicionada por ellos.
Pero eso no es todo. A partir de lo que compramos, lo que leemos, de nuestros like y don’t like, vamos dejando una huella virtual que revela una parte de quiénes somos.
Lo enumerado es sólo el punto de partida de la llamada Inteligencia Artificial, que pretende crear sistemas que aprendan y decidan como los humanos, pero sin la interferencia de las emociones. Perfectos, según algunos. Irreales, según otros.
En ese mundo, pero desde la humanidad del teatro, nos sumerge la obra «Réplica». Idea original del periodista y crítico teatral Javier Ibacache, es una coproducción entre Puerto de Ideas, Teatro del Lago y la Corporación Cultural de Quilicura, con dramaturgia de Isidora Stevenson («Hilda Peña») y dirección de Francisco Krebs («La UP», «El amor de Fedra»). Además, el proyecto se adjudicó un Fondart, convocatoria 2017.
Ibacache, quien es parte del Comité Asesor de Puerto de Ideas, explica que «Réplica» surge de su interés por buscar nuevos temas para el teatro y, en particular, de encontrar nexos entre las discusiones que se dan en el ámbito de las ciencias y tecnología, y las artes escénicas: “Venía viendo y leyendo obras, y observando experiencias que se han hecho fuera de Chile, buscando nuevos desafíos para el teatro, como es plantear preguntas que aparentemente no están en el cotidiano pero que son muy relevantes para él”, precisa.
En abril de 2017 empezó a trabajar junto a Isidora y Francisco. Los tres leyeron mucho, se entrevistaron con algunos investigadores en este campo y encontraron autores claves para el proyecto, como el filósofo francés Éric Sadin. Señala Ibacache que “en el proceso surgió la inteligencia artificial como foco, pero también la neurociencia y el Big Data. Sadin fue clave para dimensionar el alcance que tiene el tema de la inteligencia artificial, y entender cómo allí se sintetiza buena parte de las disyuntivas de un cambio que no es tan evidente, pero que estamos experimentando”.
El director Francisco Krebs explica que su propuesta de dirección se estructuró junto con la escritura del texto: “Formar parte de la idea original y estar en constante diálogo con Isidora, me permitió aportar ideas acerca de cómo se podrían solucionar ciertas escenas y, al mismo tiempo, ir visualizando los requerimientos a nivel actoral y escénico que desde la dramaturgia comenzaban a aparecer”.
El resultado de este trabajo es «Réplica», cuya historia muestra a cinco personajes misteriosamente citados en un Data Center ubicado en el sur de Chile: una investigadora en neurociencia (Paola Volpato), un empresario de la industria de las nuevas tecnologías (Francisco Pérez Bannen), una docente especializada en habilidades comunicativas (Patricia Rivadeneira), una terapeuta que promueve la desconexión (Ximena Carrera) y un joven hacker (Felipe Zambrano). A medida que avanza la acción, los cinco descubren estar vinculados con un jovencito adicto a los juegos de realidad virtual, cuyo paradero es desconocido.
Con estructura cercana al thriller, ya que parte con una serie de misterios que de a poco se van develando, y fondo de distopía (antiutopía), la obra consigue interesar al público en temas como el peligro del mundo virtual y la hiperconexión.
Curiosamente, el equipo creativo liderado por Ibacache pensaba en un escenario posible en 2025 o 2030. Pero la realidad se apresuró. “Vemos que está mucho más cercano. Este año surgió el caso Cambridge Analytica (que obtuvo datos de millones de usuarios de Facebook), el cual puso en primera plana cuestiones que ya veníamos hablando. Cuando uno ve las dimensiones que esto tuvo, constata que son las cosas que cruzan la obra”, subraya el crítico.
Tomar Postura
«Réplica» es una obra de texto, centrada en la conversación del quinteto de personajes, obligados a estar juntos y sin teléfono ni computador, en una especie de sala de espera. La acción transcurre a un nivel de ideas y emociones que se disparan cuando cada uno de ellos se da cuenta de la razón de su presencia en la reunión. La verdad es que fueron invitados por la réplica virtual de un ser humano, en una suerte de ajuste de cuentas o pedida de explicaciones.
Cada uno de ellos, además, tiene una posición muy distinta frente al tema de la tecnología y la hiperconexión. Su perfil surgió de las diversas actitudes frente a las promesas de bienestar de desarrollo tecnológico, explica Isidora: “El perfil de los personajes fue fruto de ir leyendo entrevistas, de ir encontrando posturas frente a esta suerte de utopía que promete el desarrollo tecnológico. Algunos piensan que va a generar un bienestar que todavía no dimensionamos, pero hay otras miradas que cuestionan ese bienestar y que lo ven no solamente como una deshumanización, sino que como una gran amenaza de sustitución laboral”.
Otro tema que instala la obra es el manejo de los datos: “Como en la práctica, la masificación de algoritmos significa que todos tenemos una suerte de réplica en términos de datos, la pregunta es si ese algoritmo podría llegar a tener alguna autonomía, por lo tanto, si podríamos tener una réplica o gemelo en la web. De esto surge la pregunta de fondo de la obra: ¿Dónde radica la conciencia? ¿Cuál es la particularidad que tendría el humano?”, señala Javier Ibacache.
A nivel de dirección, Francisco Krebs cuenta que tomó dos decisiones determinantes. La primera fue establecer una zona escénica limitada, por lo que el elenco durante todo el proceso de ensayo debió trabajar en un escenario de dimensiones pequeñas. “Esto permitió desarrollar de mejor manera los conflictos psicológicos y emocionales que aparecen entre los personajes. En espacios reducidos, donde no se pueden evitar unos con otros, las pasiones y las pulsiones se exacerban”, precisa.
La segunda decisión fue profundizar en lo que denomina “dramaturgia de la imagen”: “En ese sentido, procuré ir construyendo la puesta en escena con mucha conciencia de las distintas composiciones visuales. Armando cada cuadro o escena con especial cuidado en el modo cómo los cuerpos de los actores dialogan con el espacio. Y cómo en ese diálogo vamos transitando por distintas imágenes que estructuran, junto con la iluminación, los videos y la música, un otro eje narrativo que dialoga o a veces tensiona el texto dramático”.
Su preocupación dio por resultado una puesta en escena donde la imagen, lograda a través de la escenografía y la iluminación –ambas a cargo de Pablo de la Fuente– es cautivadora.
Ahora que «Réplica» está ad portas de tener su primera temporada –se estrenó en el Teatro del Lago el 12 de mayo–, diferentes sucesos dan cuenta de que el futuro descrito no está tan lejos. Ibacache explica: “Hace dos o tres meses se ha comenzado a hablar sobre la instalación de un Data Center enfocado en información surgida de investigación astronómica, y mientras estábamos en proceso de la obra sucedió lo de Cambridge Analytica. En todo caso, hay que decir que no es una investigación sobre la tecnología en la puesta en escena, sino, cómo las ideas que rondan en la tecnología pueden discutirse”.