

Así como en toda familia se valora la conservación del anillo de bodas que la abuela traspasa en linaje hereditario o son un tesoro los viejos gemelos del abuelo, en la gran familia Nación se busca proteger los bienes que construyen una historia común. Y aunque nadie dudaría de aquello, Chile destaca entre los países latinoamericanos por su saldo al debe en estas materias culturales
Por_ Heidi Schmidlin M.
Parte de su puesta al día llama a una nueva reflexión en torno a la evolución de la legislación patrimonialista de nuestros bienes heredados. Hoy más que nunca importan la restauración, estudio y revalorización de los Centros Históricos y del concepto “entorno cultural”, que va de la mano del creciente interés global por los pequeños poblados. De hecho, la ley es explícita al tratar el resguardo de estos bienes comunitarios: “La salida, recolocación o cambios en la estructura heredada de los objetos, bienes muebles y material bibliográfico que tenga la condición de Monumento Histórico, sólo puede ser autorizada por Decreto del Mineduc, dictado a solicitud del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN). Nótese además que los objetos que forman parte o pertenecen a un Monumento Histórico no pueden ser removidos sin autorización del CMN (artículos 14 y 11, Ley N° 17.288)”.
Pero el desinterés de muchos municipios e instituciones públicas por llevar una gestión en coherencia a esta normativa hace polvo el espíritu de su construcción.
Identidad cordillerana
Un ejemplo entre muchos, es el Centro Cultural San José de Maipo que por años abrió puertas a la cultura local desde su histórica Estación de Ferrocarril Militar Puente Alto-El Volcán; declarado Monumento Histórico en 1991, por vía del decreto 423. El mismo que por décadas fue el único centro de encuentro comunal de la zona, hoy es bodega, basurero y estacionamiento municipal, habitado por funcionarios que prohíben a fuerza la entrada de todo público.
Como bien patrimonial heredado, el ex Ferrocarril Militar, activo hasta la década del 80, ha recibido diversos aportes económicos para su reconstrucción y puesta en valor, algunos regionales como los 27 millones otorgados por el FNDR de Cultura (2008) o los concursos públicos dispuestos por el Ministerio de Obras Públicas (Patrimonio Arquitectónico) y el de Cultura (Fondart 2018) para su puesta en valor. Hoy, la destrucción del entorno y su edificio es total.
La conservación del patrimonio histórico sigue siendo un debe a la identidad cordillerana, tanto para el Ejército republicano, como para las comunidades del Cajón del Maipo que ven con tristeza el abandono del único Centro Cultural comunal de la zona. “Hace unos años, invitado a una reunión en el Centro Cultural de la Estación de San José de Maipo, observé con pena cómo está convertido en un estacionamiento de camiones y desechos. Recuerdo que hace 12 años el funcionario Germán Molina, ganó un proyecto para recuperarla. Le sugerí convertirla en un pueblito de Los Domínicos, con locales para artesanos y varios, teatro al aire libre, juegos infantiles. Alcanzó sólo para hacer un muro de ladrillos y arreglar la actual Sala Cultural…”. Los habitantes de sus quebradas limítrofes también recuerdan su aporte como lugar de encuentro y aprendizaje: “Asistí a muchos talleres en la sencilla sala de madera, tesoro patrimonial de San José de Maipo. Uno de ellos, impartido por los Jóvenes del Circo del Mundo quienes recogieron el desafío del Cirque du Soleil, me ayudó a desarrollar un trabajo artístico de intensa superación personal y de la cual doy fe. Me sentí feliz de recibir un regalo desde un sitio colectivo, habitado para el bien común y que tuvo sus puertas abiertas para el encuentro desde el arte y la cultura. Es lo que la comunidad requiere para ser estimulada: tener más educación, desarrollo psicosocial y cultural”, relatan desde el cajón de El Colorado.
Son innumerables las narraciones y leyendas que enrielados entre durmientes y estaciones dan testimonio de la visión que tuvieron grandes estadistas chilenos como Benjamín Vicuña Mackenna y José Manuel Balmaceda, ambos convencidos de la necesidad de integrar la cordillera a la Región Metropolitana en favor del descanso, la salud y la protección estratégica de sus habitantes. La primera recuperación de los bienes ferroviarios que se rescató de propiedad militar fue una iniciativa vecinal, la CorpoMaipo. Tutelada por Adriana Delpiano –como Ministra de Bienes Nacionales– solicitó la reintegración de la Estación El Volcán a la Junta de Vecinos; los terrenos de la estación San Gabriel, a la cultura arriera; la restauración de la estación de San Alfonso (pendiente aún) y de San José de Maipo, que ya era Centro Cultural.
Del dicho al hecho…
Este patrimonio de la cultura arriera ha decorado sendos discursos y justificado innumerables Fondos culturales pero, más que lograr su resguardo efectivo, hasta aquí las palabras ceremoniales de elegantes lanzamientos resuenan entre colchones, cocinas viejas y neumáticos en desuso; únicos adornos del Monumento Nacional. Y, como el cuento del lobo que ya viene, en abril recién pasado el Consejo de Monumentos Nacionales aprobó un completo proyecto de recuperación, tanto para la Maestranza como para la Ex Estación. La nueva promesa proyecta recuperar el Centro Cultural que existía, sumando en su exterior graderías, un escenario giratorio y una biblioteca. Además, en sus inmediaciones se construiría el nuevo edificio consistorial. De los ciudadanos dependerá verificar que este proyecto no quede como una promesa más.
La actualización de la normativa patrimonial también podría evitar que los escasos recursos dedicados a la cultura se desgasten en ceremonias de anuncios presuntuosos, y apunten a la reconstrucción efectiva de nuestros bienes patrimoniales. Esto dependerá de la debida fiscalización del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN).
El arquitecto chillanejo Erwin Brevis, nuevo Secretario Técnico del CMN (2019), será el encargado de verificar que las normativas en esta materia se cumplan:
–¿Cuál es el rol que le compete al CMN respecto del cumplimiento de la Ley 17.288 sobre resguardo del Patrimonio Histórico?
“Según esta normativa, el Consejo de Monumentos Nacionales tiene como misión ejercer la protección y tuición de los Monumentos Nacionales. Lo anterior se materializa en las competencias que la propia ley asigna al CMN, de las cuales las principales son participar en las declaratorias de Monumentos Nacionales y la autorización de intervenciones en los mismos. De esta forma, la labor del CMN resulta esencial en la identificación, protección oficial, supervisión, conservación y puesta en valor del patrimonio cultural, potenciando su aporte a la identidad y al desarrollo humano. En el caso de los Monumentos Históricos, categoría en la que se inscribe la consulta, están bajo el control y la supervigilancia del CMN y todo trabajo de conservación, reparación o restauración de ellos, estará sujeto a su autorización previa. El primer paso es tomar contacto con el administrador del bien, pues es parte de la misión de tuición y supervisión apoyarlo en su gestión con el Monumento Histórico, orientarlo y ofrecerle asistencia técnica, si se requiere”.
–Y por el contrario, ¿existen experiencias municipales donde sí hay un resguardo del patrimonio histórico heredado de la comuna?
“Existen muchas experiencias exitosas, como el Palacio Schacht, que alberga al Instituto Cultural de Providencia, o el edificio del Instituto Cultural de Las Condes. Los administradores deben velar por el adecuado resguardo de los bienes patrimoniales y muchos municipios son grandes promotores de los sitios históricos comunales”.
“El proyecto de Ley de Patrimonio Cultural, en actual tramitación en el Congreso, busca pasar de un paradigma de protección legal a uno de protección efectiva del patrimonio, en un proceso que debe incorporar planes y herramientas de gestión, incentivos a los propietarios, financiamiento. Hay que comprender que la declaratoria como monumento nacional es un paso importante, pero no basta. La protección de patrimonio es un ciclo dinámico y hacia allá apunta el proyecto: valorar, proteger, conservar, difundir y gestionar. Asimismo, la iniciativa legal fortalece los equipos y las funciones de la Secretaría Técnica del Consejo de Monumentos Nacionales (que es parte del Ministerio de las Culturas) a lo largo del territorio… Finalmente, el proyecto aumenta las penas y multas por daño a patrimonio protegido, donde la experiencia comparada apunta a que en Chile son aún muy bajas y lamentablemente no han sido lo suficientemente efectivas para la prevención”.