

Por_ César Gabler
Si se trata de espacios artísticos, el “cubo blanco” fue el predilecto de los modernos. Con su escenografía de pulcritud clínica, dominada por salas albas y muros regulares, el objetivo final de este dogma era preservar al arte de las impurezas del mundo. Un dictado sanitario. En esta ocasión, Magdalena Atria lo contraría deliberadamente. No se trata sólo de pintar el pequeño espacio de Galería Madre con una paleta vibrante, sino de saturarlo con obras de técnicas, formatos y modos de presentación distintos. Atria convierte en problema artístico tanto las obras que sabiamente ejecuta en su taller, como el modo en el que se presentan. Nada es neutro aquí, por eso, cada uno de los aspectos que rodean una exposición (partiendo por el color de la sala) ha sido abordado como una obra más. Los plintos de las esculturas son parte integral del conjunto. Formas y materiales que completan la ecuación escultórica.

«Tres amantes», de Magdalena Atria.
Galería Madre (antes Galería XS)
Juan de Valiente 3681, Vitacura
Para realizar una visita o ver las obras en directo: contacto@xsgaleria.cl
«Tres amantes», el título de la exposición, lo es también de una escultura de cerámica y forma visceral, como todas las que se exhiben. Con sus bandas de colores brillantes, su forma anudada, el volumen (amparado en su título) semeja una cama para tres, idea reforzada por su base: un oscuro círculo de espuma, como una cama. Tengan o no relieve, como el que presentan todas la piezas de la serie «Septaria», casi todo el conjunto explota sensaciones táctiles, traducidas –a veces– a partir de cambios materiales (lana o esmalte en los revestimientos de algunas esculturas) o en sugerencias ópticas logradas a través de la pintura o el grafito. Atria experimenta, otra vez, con las posibilidades de la abstracción, pero lo hace negando su naturaleza sublime o esotérica para sugerir múltiples estímulos culturales. No en vano, y fiel al título, sus esculturas evocan los nombres de populares amantes de la literatura (Tristán, Isolda, Lancelot) o de clásicas películas románticas. Un pequeño gauche en blanco y negro se titula Bobby Fisher. La naturaleza, también aparece evocada. El reino mineral, con septaria, cuyas ricas variaciones cromáticas en plasticina, explota los cambios de forma y de textura –que experimenta el color– en minerales como el que titula la serie; o los sutiles dibujos en grafito, que logran transmitir la densa e incorpórea naturaleza de las nubes. Atria ha desarrollado entonces, un rico gabinete de curiosidades, en el que dispone sus múltiples intereses para espectadores curiosos y ojos desprejuiciados.