Choupette, un miau de sofisticación

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Pasó agosto, festejó su cumpleaños, y sigue siendo la única heredera del legado de Karl Lagerfeld, el káiser absoluto de la moda, quien hizo de su “birmana de ojos zafiro” una celebridad planetaria. 

Por Alfredo López J.

Con ella, el diseñador pasó sus últimos años equilibrando genio y extravagancia. Llegó a la vida de Karl Lagerfeld como si hubiera sido un milagro de Navidad. Era diciembre de 2011, y el modisto fue directo en sus palabras: “Lo siento, a partir de ahora Choupette será mía”, le dijo a su amigo, el modelo francés Baptiste Giabiconi, quien le había pedido que le cuidara a su gata un par de semanas mientras tomaba vacaciones. A su regreso, sin embargo, ya no había forma de convencer al modisto –el mismo que después de haber levantado etiquetas icónicas como Fendi y Chloé–, sencillamente agregó, a pesar del miedo a su pelaje: “A Choupette no la devuelvo”.

No pasó mucho tiempo y, como la mayoría de las cosas donde Lagerfeld ponía la vista, la felina rápidamente se transformó en algo más que un accesorio de su personalidad. De un momento a otro, la gata birmana de ojos zafiro pasó a ser parte fundamental del universo del diseñador, quien desde su Hamburgo natal llegó tímidamente a París en 1955 para ser parte de la casa Balmain, esa donde la moda era una fiesta. Un recorrido de gloria que no se detuvo hasta 1983, cuando se consagró como director creativo de la Maison Chanel, marca que estaba en el suelo y que él logró levantar a pulso de extravagancia, rompiendo moldes y renovando una belleza genuinamente francesa que parecía en extinción.

Miles de seguidores

Desde que los ojos de Choupette se cruzaron con los de Lagerfeld, inmediatamente comenzó la conspiración para que la felina se convirtiera en una estrella mundial. Sus ronroneos y andar vacilante se paseaban por las oficinas de Rue Cambon, o en La Vigie, la villa de veraneo en Montecarlo donde en los 90 el “káiser” recibía a sus amigos y, sobre todo, a su gran confidente Carolina de Mónaco. La gata, provista con collar de perlas o mirando desde la ventana del jet privado de Karl, era dueña de una agenda tan extensa como la de su amo. Convertida rápidamente en una celebridad, ha posado para marcas del mundo de las mascotas, así como también para moda, belleza y hasta dio sus pasos como rostro de grandes proyectos hoteleros e inmobiliarios. Todo con una facturación anual de 3 millones de euros.

Su vida privada, al igual que la de su creador, tiene fronteras bastante limitadas. Nunca se le ha conocido galán. Lejos de las cámaras, “a ella le interesa fundamentalmente pasearse por la casa y que la cuiden. Tiene dos criadas que se ocupan de ella y un chofeur. Es una princesa consentida, de belleza imponente y movimientos sensuales. Una mujer caprichosa a la que amo”, dijo un orgulloso Karl Lagerfeld a «Vogue» España y, de paso, también le explicaba el significado del nombre Choupette al mundo hispano, algo así como ‘chica amorcete’, pero en francés. 

Tras la muerte del modisto en 2019, un chef y un guardaespaldas siguen al servicio de la mascota heredera. Su custodia absoluta, sin embargo, está a cargo de Françoise Caçote, la asistente de Karl y su ama de llaves por largos años. Ella es quien actualmente administra los contratos con My Pet Agency (la primera agencia global exclusivamente reservada para las mascotas influencers) y supervisa las redes sociales como la cuenta @choupetteofficiel que suma más de 258 mil seguidores en Instagram.

Más que mimada

Entre las tareas encomendadas por el propio Lagerfeld en vida, hay que lavarle los ojos cinco veces al día y cepillar su pelo. Tampoco hay que exponerla a aromas que la incomoden, porque paradojalmente no tolera el perfume Chanel. “No le gusta estar sola, ni siquiera cuando duerme”, revelaba asimismo Karl y añadía con entusiasmo: “Lleva una vida maravillosa, claro. Viaja conmigo y con su doncella cuando tengo que ir a otro país. Nunca la dejo sola. Es como una mujer mantenida. Tiene una personalidad fuerte. Almuerza y cena conmigo en la mesa, con su propia comida. No toca mi comida. No quiere comer en el suelo. Duerme sobre una almohada y hasta maneja un iPad (los juguetes comunes y corrientes de gato no la entretienen). Está más que mimada”.

En los ocho años que vivieron juntos, Choupette logró cambios en el temperamento de su amo. “Creo que me ha hecho mejor persona. Me da energía, es muy raro. Cuando la tengo cerca me siento como un teléfono recargando la batería”, decía el hombre que también se hizo un nombre en el mundo de la moda por su exagerada planificación de los tiempos. 

Puro lifestyle

Nacida en agosto de 2011, la gata comparte el mismo signo zodiacal de Coco Chanel: una felina Leo que actualmente aparece como una clara referencia en trajes clásicos, gafas y guantes bajo la batuta de la diseñadora Virginie Viard, la nueva directora creativa de la Maison parisina.

Su cola vaporosa y siempre levantada, junto a simétricos bigotes, la han elevado a una categoría de estrella del lifestyle. Cuando se celebró la reciente MET Gala «Karl Lagerfeld: A line of beauty», en mayo pasado, el actor Jared Leto se disfrazó de ella, con traje de piel a escala humana, mientras que la cantante Doja Cat subió las escaleras de manera irreconocible con una prótesis facial que envolvía su cara al estilo Choupette.

Para los amigos, Choupette y Lagerfeld formaron una pareja indestructible desde esa Navidad de 2011. De ahí que el diseñador la mimara hasta la extravagancia, dándole de comer en vajilla de plata, viajando con ella en bolsos LucyBalu a medida, y siempre con su propia cartera Goyard para transportar los elementos de sus cepillados regulares. “Es que nos hablamos con miradas cargadas de expresión. Me encantaría casarme con ella, nunca pensé que me enamoraría así de un gato”, repetía.

Su vida de reina, desde la muerte de Karl, nunca cambió. Una de sus últimas apariciones en redes sociales fue el pasado 15 de agosto, cuando cumplió 12 años rodeada de globos, regalos, champán, torta y, por supuesto, un séquito de asistentes. Una escena que no hace más que confirmar aquella sentencia que hizo el propio Lagerfeld en torno a su mascota: “¿Conoces el cuadro de Velázquez «Las Meninas», con la infanta Margarita rodeada de criados? … Esa es Choupette”. 

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