En esta fecha tan emblemática que marca un año de su partida, es imposible olvidar el legado valórico y patrimonial de don Juan Carlos Yarur Rey, construido con esfuerzo, dedicación, trabajo, bajo el concepto de que los sueños hay que defenderlos y esforzarse para hacerlos realidad.

Actor relevante en el ámbito empresarial, reconocido por apoyar incondicionalmente la causa social, filántropo y mecenas, «LA PANERA» quiere destacar su invaluable generosidad hacia el mundo de la Cultura y las Artes en nuestro país.

En compañía de su esposa Patricia, dejó una huella imborrable en su gesto de apoyo absoluto hacia los artistas consagrados y los jóvenes talentos del arte contemporáneo. Con esa visión de futuro que siempre lo distinguió y que supo plasmar en cada uno de sus gestos, lideró diversos sectores de las Industrias Creativas, impulsando la internacionalización de nuestros artistas emergentes y consagrados en las ferias más importantes del mundo. Promovió el desarrollo de nuevos creadores nacionales a través de becas y residencias otorgadas por los Proyectos de la Corporación Cultural Arte Más y de la Fundación Arte + (de la familia Yarur Ready), e impulsó la publicación de nuestra revista «LA PANERA» nacida en diciembre de 2009, hace ya catorce años, como un regalo para la comunidad nacional e internacional, siendo distribuida de manera gratuita especialmente en centros culturales, bibliotecas, museos y colegios municipalizados. 

En su convicción por el poder del trabajo colaborativo, concentró sus esfuerzos en el fortalecimiento y el acceso a la Educación Artística abriéndoles espacio y dándoles tribuna al teatro, la música, la danza y al cine arte, de manera muy especial a través de las “Tardes de Cine”, de entrada liberada y amplia convocatoria, en la Galería Patricia Ready, las cuales fueron reinauguradas en marzo del 2022 tras la pandemia, y que se proyectan en este nuevo año 2023 que recién comienza, para seguir incentivando la formación de públicos y de nuevas audiencias. 

Con amor por Chile, hombre de gran fe y convicción por apoyar a los demás, importante coleccionista, amante del ballet y de la ópera, generó valor compartido con todos y todas de manera equitativa. 

Las organizaciones, fundaciones y comunidades a las cuales aportó desinteresadamente a lo largo de Chile, lo seguirán valorando por sus nobles convicciones respecto a que las metas cuestan y hay que saber ganarlas, cumpliendo con la palabra, respetando a todos por igual, sin importar su condición social o económica, brindando oportunidades a quienes más lo necesitan y, sobre todo, manteniendo vivos los sentidos de identidad y de pertenencia, sustentados en los valores de la familia artístico-cultural chilena.

Los artistas, formadores, emprendedores, creadores y colaboradores, no sólo lo reconocerán para siempre como una lección de fortaleza y honestidad, sino que recordarán su don visionario, habiendo sabido poner a la Cultura, las Artes y el Patrimonio de nuestro territorio, en el centro de sus preocupaciones.