Massimo Vignelli, entre Milán y Nueva York

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Considerado como uno de los mejores diseñadores de Estados Unidos, responsable de trasladar el diseño italiano a Nueva York y de crear identidades corporativas de excelencia mundial –de esas que no pasan de moda–, muchísimas de sus obras se han convertido en un verdadero icono. 

Por Hernán Garfias 

Nacido en Milán, fue un diseñador italiano que vivió gran parte de su vida en Nueva York. Massimo Vignelli (1931-2014) estudió arquitectura en el Politécnico de Milán y diseño industrial en Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia (IUAV), para luego especializarse con gran éxito en el diseño de branding, marcas, objetos, interiorismo y montajes. 

A principios de su carrera estuvo influenciado por Max Huber, uno de los emblemáticos diseñadores gráficos suizos que conformaron la “Escuela Suiza” afincado en Milán, que tenía una particular visión del Movimiento Moderno, con exuberantes colores claros, formas llamativas y patrones abstractos que combinan la sofisticación suiza con el estilo italiano, y muy buenos resultados. Él introdujo a Vignelli en el riguroso mundo de la tipografía, con una enorme influencia de la famosa “helvética”, la fuente con un énfasis en la simplicidad y la más influyente en el mundo moderno. 

En 1960 se fundó la Oficina Vignelli de Diseño y Arquitectura en Milán, para luego en 1965 crear junto a Bob Noorda la firma de diseño Unimark International Corporation, la primera empresa global de diseño de la comunicación visual, un pionero que dejó huella. Se trataba de una empresa verdaderamente internacional, con 11 oficinas en 5 países. Al comienzo, Vignelli se quedó en Milán, pero después se trasladó a Nueva York para dirigir esa sucursal junto a Noorda. 

Muy pronto se impuso una nueva y atrevida fuente gráfica: la “standard”, una versión norteamericana de la helvética. Ese trabajo los catapultó a nivel mundial y sirvió de inspiración para sistemas de señalética en carreteras, metros y aeropuertos en muchos países.


Mapa del metro de Nueva York (1972).

Uno de los primeros encargos que recibió Unimark fue rediseñar los carteles de señales y el grafismo de la red de metro de Nueva York, la que aún perdura. La dupla Vignelli/Noorda se impuso con un sistema modular de paneles cuadrados para las flechas y círculos de colores para los números de las líneas del subterráneo. En 1972, también diseñaron el mapa del metro, uno de sus trabajos más célebres: un mapa trazado exclusivamente con líneas de colores y puntos, sin referencias geográficas, tal como son actualmente todos los mapas de metro. 

Unimark trazó además identidades corporativas para una vasta lista de clientes internacionales como American Airlines, Ford, Pirelli, Jaguar, Knoll International y Unilever; pero igual la empresa quebró en 1972. Vignelli decidió dejarla de lado en 1971 para fundar Vignelli Associates con su esposa Lella, compañía que juntos dirigieron con gran éxito. 

El primer encuentro 

Llovía esa mañana de inicios de la primavera de 1996 en Nueva York, cuando me bajé del taxi amarillo ante el mismo edificio de la calle 10, donde ya hacía unos años que me había encontrado con Richard Meier, el famoso arquitecto del Estilo Internacional (galardonado, entre otros, con el Premio Pritzker). Pronto apareció el propio Massimo Vignelli, elegante, con su traje negro diseñado por su mujer y socia en esta aventura creativa y empresarial que los llevó a forjar un estilo universal donde se conjugan la calidad del diseño italiano con el espíritu cosmopolita neoyorquino. En este estudio se han creado imágenes corporativas para marcas importantes como Bloomingdale’s, Lancia, Ciga Hotels, Sotheby’s, Aetna, o el Salón del Mueble de Milán. También para Nina Flags, Heller, Barneys New York, 

Saks Fith Avenue, Perugina, Fratelli Rossetti, e IBM. 

Famosos son los diseños para el Museo de Arte de Dallas y el International Design Center, New York. 

En interiorismo, puedo destacar desde luego sus propias oficinas, o la exhibición de Knoll en el Louvre, los stands de Poltrona Frau, o los Artemide-Showrooms en Estados Unidos. Las oficinas para la US Postal Services son otro ejemplo de excelencia en diseño. En cuanto a los proyectos de mobiliario, destacan las sillas para Knoll, la silla para las entrevistas del telediario italiano Tg2, los sillones para Poltronova, o los objetos para marcas como Rosenthal, Heller y Sasaki. 


Rainbow mug set para Heller, 1964.

“En general, el Diseño Gráfico se divide en publicidad y en un área más estructurada”, me señala Vignelli durante nuestro encuentro, y luego precisa: “Y el estilo de nuestro estudio se ubica más bien dentro de esa línea, un tanto más rigurosa, en la cual la formación arquitectónica del profesional ha ocupado un rol decisivo. Nos encontramos muy cómodos con nuestra opción”. 

Dignidad en el diseño, tal como la que existe en otras profesiones como la medicina, la arquitectura y las leyes. Concluyo que esa es la meta de esta oficina en que me reúno con Vignelli para el diseño actual: “Esta es una profesión nueva y por eso es esencial que se imparta como tal en las escuelas”, advierte mi contraparte. 

“Resumo entonces que, mano a mano con las otras carreras tradicionales, educación y cultura son esenciales para llegar a ser un profesional de primera. No me refiero a una educación especializada, sino humanista; con mucho sentido de la historia, la filosofía, para estar abierto a las distintas teorías. Entrenarse para ser crítico, porque sin ello el diseño no está atento. Todo esto es extremadamente importante en la formación de los diseñadores. En las escuelas se pone demasiada atención y se gastan horas en pintura gráfica, y sólo hay 20 horas de clases de arte, muy poco en términos generales. Eso se refleja en la calidad de los trabajos, así de simple”. 

Un buen diseño dura para siempre, el malo sólo perdura por una temporada. Y si necesitamos algo y no lo encontramos, lo diseñamos. Con esas ideas del maestro Vignelli me despedí ese día, en esa primera cita de varios en la mesa de su oficina, donde me recibió siempre con la misma sonrisa y con diálogos que profundizaron mi pensamiento para formar a las nuevas generaciones en Chile. 

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