«Crown to Couture», en el Palacio londinense de Kensington, examina y celebra cómo la moda de la corte real georgiana ha inspirado los diseños de las pasarelas hasta hoy. Una secuencia de guiños históricos bajo una luminosa lluvia de flashes.
Por Alfredo López J.
Fotos: Kensington Palace (Historic Royal Palaces)
Cuando en 1954, Audrey Hepburn subió al escenario para recibir el Oscar como mejor actriz en su rol de princesa abrumada por «Vacaciones en Roma», Hubert de Givenchy la imaginó envuelta en muselina, etérea e inalcanzable.
Considerado como el aristócrata de la moda de su generación (el mismo que se presentó en la escena parisina como el hijo del Marqués italiano Lucien Taffin de Givenchy), no le fue difícil buscar referencias en las antiguas heroínas de las cortes georgianas. Fue cuando apareció la imagen romántica de Lady Theophilia Harris, quien hasta el año 1700 fue considerada la más elegante y vanguardista de las nobles londinenses de su tiempo.
El guiño histórico fue un éxito absoluto. A través de las mismas proporciones y cintura entalladísima, aunque esta vez con los hombros descubiertos, el antiguo vestido pareció resucitar en la piel de la magnífica Audrey para mantener hasta hoy su influencia como ejemplo de vestido acampanado, profuso en detalles y bordados.
Paralelismos
Ambos looks enfrentados parecen sintetizar la estrategia de la muestra «Crown to Couture», en los principales salones del Palacio de Kensington, donde se exhiben los paralelismos de las antiguas cortes británicas del siglo XVIII frente al glamour de las alfombras rojas modernas con figuras como la rapera Lizzo o Lady Gaga.
Hasta el 29 de octubre, y programada para ser la exposición más grande jamás organizada en este palacio, esta vez son más de 200 piezas, entre vestidos, joyas y objetos fascinantes, desplegados en las relucientes e íntimas habitaciones reales.
De este modo, la exhibición funciona como un viaje. Desde la preparación, protocolo y estilo necesarios para asistir a una de las residencias más importantes de la familia real inglesa con todo el instructivo de las “reglas de moda”, hasta los grandes arribos en limusina para poner los pies sobre la alfombra roja: con público de frente y el destello de los flashes que disparan los fotógrafos.
Los visitantes experimentarán cómo la ropa puede ser un factor de disrupción, un foco para llamar la atención. O también reconocer aquellos mensajes sutiles que trajes y vestidos pueden transmitir a la hora de celebrar fiestas familiares de gran boato o asuntos de Estado.
Para ver y ser visto
La organización benéfica Historic Royal Palaces, que se encarga además del Palacio de Kensington, trabajó junto al diseñador Joseph Bennett, ganador de un Emmy, y conocido también por producir los famosos desfiles de Alexander McQueen, para recrear esta experiencia.
En la Galería del Rey –que durante su esplendor fue uno de los espacios centrales “para ver y ser visto”–, aparecen artículos únicos como el vestido y capa dorada de Thom Browne que usó Lizzo en la Met Gala 2022, al igual que un conjunto de dos piezas de corsé negro liso y chaqueta ondulante a cargo del diseñador creativo Jason Rembert.
Al frente, el luminoso vestido verde que lució Lady Gaga en los Premios MTV 2020 y que fue creado por Christopher John Rogers.
El propósito de esta cita es mostrar aquella conexión entre las celebridades permanentemente expuestas y sujetas al escrutinio público de los grandes eventos de la cultura de masas, frente a los entornos sociales de la Georgian era, un período en la historia británica que, en su definición más habitual, abarca desde 1714 hasta 1830 a 1837, y que lleva el nombre de los reyes hannoverianos Jorge I, Jorge II, Jorge III y Jorge IV. Sus miembros eran observados por los espectadores que se agolpaban en las puertas del palacio para ver vestidos y trajes que, después, eran reproducidos por los diarios de la época.
Junto a los looks modernos creados por algunos de los mejores diseñadores de la actualidad, el recorrido rinde homenaje a majestuosos atuendos que van desde la distintiva manta hasta el traje cortesano intrincadamente bordado para los hombres. Entre las secciones, destaca la Colección de Vestidos Ceremoniales Reales, a cargo de un equipo de expertos del Palacio de Hampton Court.